Hay momentos en los que nos sentimos “rotos por dentro”.
La decepción de una persona querida, hacer daño a alguien querido, promesas no cumplidas, una ruptura de pareja, un amor imposible…
De repente todo tu mundo se viene encima. No hay salida. Te sientes terriblemente mal. El dolor que has provocado o te han hecho es irreparable.
Lo sucedido entra en lucha con tus creencias, valores, lo que creías de ti mismo, tus sentimientos, lo que creías de la otra persona, sus sentimientos…
Parece que ahora nada tiene sentido. Tu vida se queda sin sentido. No tienes energía para continuar. No hay esperanza.
Sin embargo te das cuenta que la vida continua contigo o sin ti. Y algo dentro de ti te impulsa a continuar porque a pesar de todo sigues viviendo.
Sabes por experiencia que volverás a sentirte mejor. Volverás a estar bien de nuevo. Volverá la esperanza y el sentido.
Las lecciones que nos da la vida pueden ser desgarradoras. Pero también pueden hacernos más fuertes y capaces para lidiar con los problemas. Utiliza esa rotura para crecer como persona y sentirte mejor contigo mismo y más feliz en el futuro.
¿Cómo lo hago?, ¿cómo salgo?
- No luches con tus emociones y sentimientos. Reconócelos y déjate llevar por lo que la emoción te pide, sin herirte y sin herir. Las emociones negativas son desagradables y duelen pero su tiempo es muy limitado. Tu cuerpo necesita y merece sacar la tensión. Y solo así tus sentimientos se aclaran.
- Date un tiempo para estar mal y llorar. Mientras lo haces no te tomes demasiado en serio lo que piensas. Sabes que mañana verás las cosas con otra perspectiva.
- Cuando te des cuenta que la emoción va disminuyendo y ya no salen más lágrimas o empiezas a distraerte, aprovecha para cambiar de actividad y poner tu atención en otra cosa. Pasea, medita, habla con alguien de otro tema, limpia, escucha música, ve la tele…
- Enfócate en las cosas que te dan alegría y no todo el tiempo en tu estado de ánimo. Piensa en todas esa pequeñas cosas que aún puedes hacer aunque estés roto. Respirar, disfrutar de la naturaleza, estar con amigos… Aunque te sientas roto no significa que tengas que estar todo el tiempo deprimido, reflexionando y hecho un lío.
- Cuídate cuidando tu cuerpo. Descansa, aliméntate bien, mueve tu cuerpo, date algún capricho.
- No te identifiques tanto con tus pensamientos. La mente es libre y su trabajo es tener en cuenta todas las posibilidades negativas para estar prevenida. Los pensamientos van y vienen y tú decides en cual te enredas. Tú eres más que tus pensamientos y emociones pasajeras.
- Ahora que ya te sientes mejor y tienes más energía puedes tratar de comprender. Nuestras reacciones emocionales son el fruto de nuestras experiencias previas, creencias, valores. También las de las demás personas. Comprender tus circunstancias y las de la otra persona y vislumbrar como se han encadenado para finalmente suceder lo sucedido. La comprensión da tranquilidad a nuestra mente y abre la búsqueda de solución.
- Es el momento de revisar aprendizajes anteriores, creencias y ver con qué me quedo que me hace sentir bien y enriquece mi vida. Cambiar el pensamiento para mejorar tu vida es como cambiar de gafas para mejorar tu visión.
- Acude a tu familia o amigos. Te consolarán y aunque no puedan solucionarte nada pueden darte otra visión. Si no quieres acudir a ellos porque sientes que eres una carga, recuerda las veces que tu estuviste para ellos. La gente que te quiere y se preocupa hará lo mismo por ti. El amor y compasión de otra persona puede aliviarte y hacer que vuelvas a amarte y recomponerte.
- Recuerda tus valores y no dudes de ellos. Saber lo que quieres en tu vida y tus valores te dan una meta y un sentido para continuar. Acuérdate de ello para motivarte.
- Repasa lo bueno que aún tienes en ti y en tu vida.
- Recuerda tus planes y sueños aún por cumplir. Cosas que quieres experimentar y la persona que quieres llegar a ser.
Por último piensa que las roturas
siempre abren un hueco por donde penetra la luz.
Si tuviéramos experiencias positivas todo el tiempo no las disfrutaríamos y no habría lugar al aprendizaje y crecimiento. Cuando nos sentimos rotos, muchas partes nuestras y sentimientos salen a la luz. Se abren y son recolocados para marcar la diferencia y hacer las cosas de otra manera. Ojalá la vida fuera más fácil, pero poder distinguir entre lo agradable y desagradable hace que la vida sea intensa y nada aburrida.
Decía Vicent Van Gogh que "La normalidad es un camino pavimentado, es cómodo, pero nunca crecerán flores en él".
Tu vida es tu obra de arte. Tú vas decidiendo qué haces con lo que te sucede y cuál será el resultado final.