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7 PASOS PARA COMENZAR EL DÍA Y VENCER LA DESGANA


Todos pasamos por momentos en los que nos gustaría no salir de la cama para empezar el día.


Depresión, problemas, momentos difíciles o la simple sensación de desgana y no saber que me pasa aunque aparentemente todo me vaya bien.


A veces empezar el día puede hacerse cuesta arriba.


Para sobrellevar el esfuerzo de desterrar el malestar y la desgana, debes hacerlo desde un lugar de cuidado y cariño hacia ti mismo. Tratándote con paciencia y exigiéndote muy poco a poco.


Para conseguirlo sigue estos pasos pero selecciona solo aquellos que te vayan mejor a ti para luego ir añadiendo el resto y aumentado tu nivel de exigencia hasta que la apatía de levantarse desaparezca.


1. En el momento que seas consciente de que estás despierto respira profundo para ser consciente de ello y cuida lo primero que viene a tu cabeza. Sustitúyelo por una frase que previamente hayas reflexionado y te motive: “¡Un nuevo día!”, “Voy a centrarme en mi tareas diarias”, “Me centro en lo que requiera cada momento presente”, “gracias por este nuevo día”, “la vida es bonita”, “soy privilegiado”, “ocupado me sentiré mejor, todo pasa”, “tengo muchas cosas bonitas en mi vida”, “en este día avanzaré en mis dificultades”...


2. Si estás lo suficientemente despierto y solo si ello te anima repasa lo que tienes que hacer ese día y también si hay algo que en especial te motive.


3. Sal de la cama. Según prefieras y sea mejor para ti, puedes tomarte tu tiempo para desperezar tu cuerpo y ponerte el límite de 5 minutos más de la segunda alarma del despertador. O bien salir de la cama de un impulso sin que te dé tiempo a pensar. Anímate y ayúdate con el paso que viene después.


4. Disfruta de un desayuno rico y con tiempo. Tómate tiempo para desayunar de forma sana. Estás cuidando de tu cuerpo. Él es tu alianza para que tu mente funcione de forma adecuada.


5. Mientras desayunas, o si lo prefieres después, dedica un tiempo a leer, organizar el día, ver prensa, redes sociales, higiene y cuidado del cuerpo, ejercicio físico, meditación… De esta manera comienzas poco a poco la actividad y te conectas con el mundo.


6. Cuida tu aspecto físico. El exterior es un reflejo de cómo te sientes y también puedes sentirte mejor si te gusta lo que ves. Te sentirás más seguro para afrontar tus miedos y reafirmar tu valor.


7. Ahora ya estás listo para comenzar con tu actividad diaria.


Te recomiendo que antes de dormir de nuevo y ya en la cama, repasa los logros de ese día y los buenos momentos vividos. ¿Qué ha sido lo mejor del día?. Ello te ayudará a despertarte al día siguiente con otros pensamientos, con más energía y con otra actitud.


Tu eres quien elige tus pensamientos y ellos marcarán cómo te sientes y con ello tu comportamiento.


Si encuentras dificultad en poner en práctica estos pasos o te das cuenta que hay algo más que puede estar fallando, recuerda que estamos para ayudarte. Acude a un profesional.


Y por último recuerda que a pesar de todas las dificultades que podamos tener, es un milagro poder experimentar la vida.

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