Tal vez seas uno/a de los/as afortunados/as que tiene trabajo y pueda tomarse unos días libres, salir de su entorno y viajar.
Esperamos todo el año las ansiadas vacaciones.
Nuestro objetivo es parar, descansar, relajarnos, desconectar, disfrutar, salir de la rutina.
Lo ideal sería no esperar un año para hacerlo. Deberíamos hacerlo cada día, cada semana, cada mes, cada trimestre, cada semestre.
No necesitamos hacer grandes cosas. Solo pequeños gestos diarios mantenidos a lo largo de los meses como caminar, leer, escuchar música, quedar con amigos, relajarse, meditar, darse permiso para no hacer nada, disfrutar del arte. Pequeñas acciones que nos recargan y nos hacen sentir la vida.
Aún así, tal vez necesites un periodo más largo de descanso para poder funcionar después a pleno rendimiento, pero si mantienes esos gestos diarios, no llegarás a ese periodo con tanta necesidad.
Puedes además aprovechar ese descanso para resetear tu ordenador mental y redirigir tu programa de vida o deshacerte del "spam" mental y de los comportamientos que ya no te sirven.
Lo que llamamos desconectar en vacaciones no es solo salir de la rutina de actividad diaria.
Las vacaciones nos permiten también salir de nuestros rutinarios patrones de pensamiento y neurosis personales. De la estrechez que nos imponen nuestros miedos, automatismos, culpas, resentimientos, autocríticas, autoexigencias, rigidez de creencias y falta de autoestima.
Eso es en realidad lo que dejamos a un lado durante unos días. Eso es de lo que verdaderamente descansamos en vacaciones.
Durante este periodo nos cuidamos y estimamos más. No tenemos miedo al ridículo. Valoramos nuestro cuerpo y lo disfrutamos sin criticarlo. Vestimos de otra manera. Nos atrevemos a hablar, reír y mostrar nuestros sentimientos sin juzgarlos. Por unos días superamos nuestras fobias. Tenemos más paciencia. Sentimos alegría y unión con los demás.
Esas son las verdaderas vacaciones. Imagina que pudieras mostrarte de esta manera todo el año. ¡Qué liberación!
No es de extrañar que la vuelta al propio entorno y a la rutina de actividad pueda hacernos caer en depresión.
De nuevo nos comprimimos. Volvemos a cargar con nuestras neurosis personales. Volvemos a perdernos en nuestra mente. Dejamos que de nuevo sea ella quién tenga el control. Repitiendo un programa de pensamiento y comportamiento automático que un día aprendimos y que ahora ya no tiene sentido y que nos hace sufrir.
Es lógico que esperemos con ansia unas nuevas vacaciones para liberarnos de todo eso y poder ver una pequeña muestra de lo que en realidad somos y nos hace sentir bien.
Pero ahora, que ya lo sabes, puedes decidir dejar a un lado de una vez todo aquello de lo que necesitas tomarte vacaciones.
Tan fácil como buscar un profesional que te ayude a trabajar tu autoestima. A deshacerte de tus creencias limitantes. Que te ayude a establecer tus prioridades, a organizar tu tiempo, a deshacerte de culpas y fobias, a dar un nuevo significado a tus experiencias de vida, a aprender a interpretar lo que te sucede, a modificar comportamientos y gestionar tus emociones, a descubrir cómo quieres ser y sentirte.
Disfruta de tus vacaciones y haz que duren todo el año.
Carmen Sesma - Psicóloga