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CÓMO NOS AFECTA EL DESEMPLEO

  • Foto del escritor: Carmen Sesma
    Carmen Sesma
  • 1 may 2017
  • 2 Min. de lectura

Desgraciadamente, a pesar de que, según el Gobierno, el nivel de paro se reduce poco a poco, a mi consulta acuden cada vez más pacientes que son parados de larga duración.

Personas con amplios currículos y que están perfectamente capacitados para ocupar ese puesto de trabajo que les salvaría de ese futuro incierto y que, a medida que pasa el tiempo, se vuelve más complicado.

Enfrentarse a una situación de desempleo es difícil, es comparable a esas etapas del duelo que todos sufrimos cuando nos enfrentamos a cualquier pérdida.

La primera fase es cuando el afectado niega la situación y muestra una actitud de "estar de vacaciones" o de “tiempo sabático”.

La segunda fase es la angustia que aparece cuando se comprueba que no puede encontrar trabajo y que su futuro es amenazado por la pobreza.

En ese momento la búsqueda de trabajo se convierte en obsesión, dedicándose la mayor parte del tiempo a encontrar ese empleo que evite la exclusión social. A medida que se aumenta ese tiempo de búsqueda, la angustia crece más y más y con ella el agotamiento anímico.

Y, finalmente, aparece la depresión, la resignación y el acomodo al nuevo estilo de vida. Restringe sus ahorros a lo meramente vital y abandona sus relaciones sociales, alejándose de todo y todos.

Es en este momento cuando el afectado no ve salida y se hunde esperando que alguien haga algo por él y le saque de ese agujero en el que la vida y la sociedad le han metido. Esto es la TEORÍA DE LA INDEFENSIÓN APRENDIDA.

Para que esta teoría no se cumpla es importante seguir estos pasos:

  • No sentir vergüenza por la situación que se vive, al contrario, es importante que los círculos familiares y sociales del afectado conozcan su situación. Entre todos podrán ayudar a que su objetivo se cumpla lo antes posible.

  • No compararnos con aquellos que sí tienen empleo ni pensar “por qué a mi?”. Esto no sirve de nada, solo para autocompadecernos y hundirnos más en nuestros pensamientos negativos.

  • Formar parte de alguna asociación del tipo ONG´s (por ejemplo) hará que te sientas activo y mantener una disciplina, una rutina diaria que mantendrá la mente alejada de esos pensamientos negativos.

  • Hacer deporte o actividades físicas que nos hagan sentirnos bien, con más ánimo, reduciendo el estrés y con más fuerza para poder continuar con el trabajo que supone buscar trabajo.

  • Acudir a talleres de meditación, relajación, escuchar música, leer, etc , también ayudan a desdramatizar la situación haciendo que veas el problema desde un punto de vista más positivo.

  • Seguir intentándolo, con todas tus fuerzas, sin desesperar, sabiendo que es muy posible que nos rechacen en el 90% de los casos, pero que hay un 10% que está ahí y que llegaremos a él.

  • Desechar los futuribles, nunca llegan, nunca son lo que pensamos. Los problemas los tenemos cuando llegan y no antes.

  • Pedir ayuda Psicológica desde el mismo momento en que estemos en esa fase de angustia y evitar, en la medida de lo posible, caer en la depresión.

¿Estás en esta situación? ¿Te sientes identificado con lo que has leído?

Pídenos ayuda, estamos para hacerte la vida más fácil.

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​© 2020 by Carmen Sesma Gómez - Psicóloga. Colegiada nº CL-3974  - RS: 40-C22-0175   

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