Cuando te sucede algo inesperado y no deseado te preguntas por qué.
Esto no puede estar pasando, por qué a mi, qué mala suerte, siempre me pasa lo mismo… miles de pensamientos, culpas, miedos se mezclan en tu cabeza y desequilibran tu cuerpo y tu sentir.
No ves más allá de tu miedo, del conflicto. Te resistes a aceptar y no ves la salida.
El dolor y el miedo hay que sacarlos. Las emociones que nos embargan hay que expresarlas para superarlas. Date permiso para llorar y quejarte. Busca quién solo te escuche. Quien te deje hablar sin juzgar. Déjate llevar, pero solo un tiempo limitado. Hasta que una vez vací@, te des cuenta que sigues respirando, que ya has salido adelante en otras situaciones, que sabes que eres fuerte y que tu amor propio es mayor que lo que hay fuera de ti. Escucha a los que te quieren.
Confía. La vida te quiere y te cuida y no te va a dar más de lo que no puedas soportar.
Busca tu fuerza en los que te quieren y en las cosas buenas que tienes en la vida. No renuncies a lo que te da fuerza. No te castigues
Cuando estés más seren@ y puedas tener más claridad mental ya todas las piezas empezarán a encajar. Había sincronicidades. Todo se venía preparando y preparándote.
No te preguntes por qué, sino para qué.
Mira hacia atrás. Mira si tu vida es cómo realmente quieres que sea. Si has estado siendo coherente y verdader@. Si tus pensamientos, sentimientos y acciones iban a la par.
Tal vez tu cuerpo y tus vaivenes emocionales te daban ya muestras de esa incoherencia y no les prestabas atención.
Tal vez ya habías tomado una decisión internamente, que por miedo no te atrevías a llevar a la práctica.
Pero la vida tiene sus propias leyes y nosotros, aún desconociéndolas, no podemos evitar jugar con ellas. Tú eres responsable de lo que ocurre en tu vida. Has tomado una decisión consciente, alineada con tu inconsciente que por las leyes del Universo resuena y materializa tu decisión. Tu alma atrae el cambio que anhela.
O haces el cambio de forma planificada y consciente o la vida te lo trae fortuitamente aunque no de la forma que te gustaría. Pero el resultado va a ser el mismo, un cambio. Aunque escape a tu control, la vida te cuida y te trae lo que deseas.
Aprovecha la oportunidad. Tal vez lo hubieras planificado de forma consciente de una manera menos dolorosa. O tal vez lo que ha sucedido sea la mejor forma.
Pero ten la calma y claridad mental para darte cuenta de lo que la vida te trae y cómo te abre el camino para tomar las decisiones que de otra forma no tomarías.
Agradece y aprovecha la oportunidad que tú con tu intención has coo-provocado.
Acepta, pero no te resignes. Sigues tenido poder para co-crear.
Pon ahora atención en buscar alternativas para adaptarte lo mejor posible a la nueva situación. Busca soluciones. Escucha distintas opiniones. Y toma tus propias decisiones para seguir construyendo tu vida día a día como tu quieres.
Busca el aprendizaje para superarte y para que la situación no vuelva a repetirse. La vida es tan buena maestra que si no aprendemos algo nos lo va a poner de nuevo para darnos otra oportunidad.
Y después relájate. Distensión. No te cierres en un resultado concreto. Te vendrá lo mejor para ti, para tu evolución. Y seguro que algo mejor de lo que pudieras esperar.
La Vida siempre nos sorprende maravillosamente.