top of page

Prevención emocional

Vas al médico cuando ves que algo no marcha bien en tu cuerpo.


Los síntomas te hacen detenerte y fijarte en que algo no va bien.


El primer síntoma es ya una señal.


Pero si ignoras ese pequeño dolor, poco a poco se va convirtiendo en un gran malestar que puede que se convierta en algo serio.


La prevención puede evitarnos un disgusto.


¿Por qué no hacemos lo mismo ante el dolor o malestar emocional?


Lo mismo te ocurre a nivel emocional.

Un pequeño malestar repetitivo, puede resolverse fácilmente y en muy poco tiempo con las herramientas que nos da un profesional.


Pero si ese malestar se hace un gran ovillo de lana enmarañada, te va a costar tiempo y esfuerzo encontrar el principio de la hebra y resolver el enredo.


Y así, llegas a la depresión, la ansiedad, el desbordamiento y sentimiento de incapacidad.


Aún así puede que pienses que es algo pasajero. Que son tonterías. Que ya te ha pasado otras veces y se fue.

Por eso mismo. Si ya te ha pasado otras veces, no va a parar de sucederte y crecer hasta que lo pongas solución.


Ni tú ni nadie cuestiona que vayas al médico o al fisioterapeuta. Pero la cosa cambia cuando hay que decir en alto que vamos al psicólogo o al masajista.


Nuestra salud es la base de nuestra felicidad. Sin ninguno de nuestros tres cuerpos físico, mental o emocional podríamos vivir.

Y si ellos no tienen salud, no podemos ser felices física, metal y emocionalmente.


Vigila tus síntomas y toma la decisión de cuidarte.


No hay que esperar a estar hecho polvo.


Si algo se repite, aunque no duela mucho, es el primer síntoma para acudir a un profesional.


La prevención puede evitarte un gran dolor más tarde.

bottom of page