Donde hay sufrimiento, hay auto-castigo. Donde hay auto-castigo, hay culpa. Donde hay culpa, hay sombra. Algo de nosotros/as, traumas, asuntos sin resolver, algo de lo que somos o pensamos que somos, de lo que pensamos, sentimos o hicimos que no aceptamos y por lo tanto excluimos de nuestro ser.
Si excluimos una parte nuestra. No estamos completos/as, no nos sentimos plenos/as, no podemos ser. Y si no somos, no podemos ser felices, no vivimos.
¿Cómo vivo, cómo adopto la actitud de la felicidad?, ¿cómo puedo sentirme completo/a y pleno/a?, ¿cómo puedo conocerme, reconocerme y aceptarme? y después de eso ¿cómo dejo de castigarme y sufrir?
Desmontando el mecanismo de la culpa que oculta nuestra sombra. Sacando a la luz aquello no aceptamos de lo que somos, pensamos, sentimos o hicimos. De necesidades negadas o mal satisfechas. De temas sin resolver.
Al ver podemos comprender, perdonar y perdonarnos. Así lo integramos como una parte nuestra, del ser que somos, de nuestro aprendizaje y evolución.
La vida es eso, aceptar, para tomar el poder del aprendizaje y de nuestras decisiones. Tener el poder de decidir y responsabilizarnos de las consecuencias.
¿Por qué rechazamos nuestra sombra?:
Nuestro ego nos protege, pero también nos impide tomar el control de nuestra vida.
Por fidelidad a nuestro sistema familiar y a su sistema de creencias y aprendizajes.
Rechazamos lo que no conocemos. Y tampoco somos capaces de admitir que en realidad no nos conocemos a nosotros/as mismos/as.
Vivimos con el patrón de miedo en lugar de con el de amor que es la energía que mueve la vida. El miedo no nos permite conocer, nos paraliza.
De todo lo anterior se deriva la falta de consciencia. Y ello nos lleva a otra causa: seguimos repitiendo patrones aprendidos, a pesar de que las circunstancias han cambiado y ya no sirven.
Falta de humildad. Nos pensamos el centro del universo. Exigimos, deseamos cosas que nos podemos controlar. Merecemos mucho y es lícito evolucionar, pero con equilibrio. El sentimiento de la gratitud nos ayuda a reconocer lo que somos y lo que poseemos, y a utilizarlo para nuestro aprendizaje.
Reconocer la sombra es vernos completos/as y plenos/as.
Reconocer la sombra nos da el poder de la acción responsable y de ir creando nuestra vida. Nos lleva al compromiso:
Con los demás: reconociendo sus sombras, comprendiendo, tomando la decisión de conocer y amar lo que vaya con nosotros o tratando de reparar en lo posible algún daño.
Con nosotros/as mismos/as. Conociéndonos, amándonos y sacando lo mejor, lo que nos haga felices.
Y por último… humildad: sin expectativas, soltando el resultado de la acción responsable para aceptar lo que la vida nos traiga nuevamente y seguir con su juego.