La investigación psicológica ha puesto de manifiesto como la habilidad en la resolución de problemas del día a día influye en la adaptación de la persona al entorno y en su salud mental.

​

Resolver los problemas que nos vamos encontrando en la vida, y que nos causan malestar o disfuncionalidad, pasa por tomar decisiones que a veces no llegamos  a materializar por falta de habilidades, falta de conocimientos o miedo.

 

Algunas variables que nos impiden ver soluciones y tomar decisiones son:

​

• Expectativa  mágica de que algo ocurrirá y se solucionará todo

• Expectativa mágica de que hay soluciones sin coste. Incapacidad para asumir responsabilidades

• Expectativa mágica de que hay alguna solución mejor que se me escapa

• Que alguien lo hará por mi

• Culpa que paraliza

• No sentirse merecedor de una situación más placentera

• Sentirse incapaz de hacer cambios

• No querer hacer daño a otros

• Miedo al cambio y lo que vendrá después

• La inercia de lo conocido

• Aumento del umbral de tolerancia del malestar. Conformismo

 

Tomar una decisión es una combinación de nuestra capacidad racional con nuestra creatividad, intuición, intereses y teniendo en cuenta además dedicarle el tiempo justo dejando descansar al cerebro.

​

Pero una decisión no está tomada al cien por cien si no la llevamos a la práctica. Por ello tendremos que tener en cuenta y trabajar la firmeza de decisión.

 

 

Terapia:

​

La Terapia de Resolución de Problemas (TRP) es una técnica psicoterapéutica del grupo de terapias cognitivas breves, de “tercera generación”. Destaca por su efectividad y sencillez.

​

Sus objetivos:

• Identificar problemas como causa de malestar psicológico-relacional

• Enseñar a reconocer los recursos de la persona

• Facilitar un modo sistemático de resolver problemas

• Afrontar dificultades en el futuro

 

En sí misma sirve para resolver problemas muy concretos de forma rápida con poca introspección y escasa mentalización.

O bien puede utilizarse dentro del proceso de una psicoterapia más profunda.

 

Según D’Zurilla y Nezu (1999), la solución de problemas requiere del desarrollo de 5 habilidades:

​

1. La orientación hacia el problema . La confianza que uno tiene en su habilidad para afrontar un problema.

2. La definición del problema. Capacidad para definir de forma concreta y específica el problema  y  el establecimiento de objetivos que se pueden definir y alcanzar. “Un problema bien planteado es un problema medio resuelto ”. I. Newton.

3. La generación de soluciones alternativas , implica la producción creativa de varios métodos para solucionar los problemas y lograr los objetivos propuestos, pero posponiendo juicios acerca de la eficacia de las soluciones. 

4. La toma de decisiones , habilidad para llevar a cabo un proceso sistemático para seleccionar la mejor solución a un problema de la lista generada.

5. La puesta en práctica y evaluación de la solución elegida , incluye la planificación y la puesta en marcha de las soluciones y la evaluación posterior del éxito o fracaso de la solución