Se trata de un sentimiento de tensión física y/o emocional relacionado con las demandas del entorno laboral, social o familiar.

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En el caso del estrés laboral, las causas suelen ser una excesiva carga de trabajo, un elevado nivel de responsabilidad, relaciones sociales conflictivas, un insuficiente reconocimiento, etc.

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El estrés puede provocar un gran malestar psicológico, afectar a las relaciones sociales y afectivas y e incluso poniendo en riesgo la propia salud física de la persona. Es una de las causas más frecuentes de baja por enfermedad.

 

Algunos de los síntomas más frecuentes son:

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• Síntomas fisiológicos: problemas intestinales y/o estomacales, sudoración, hiperventilacion, dolor de cabeza, mareos, temblores, taquicardia, tensión muscular y contracturas, alteraciones en sueño, etc.

• Síntomas cognitivos: excesivo temor al fracaso, excesiva autocrítica, dificultades de concentración, inseguridad, etc. 

• Síntomas motores o conductuales: comportamientos no habituales como llanto espontáneo, comer compulsivamente, consumo excesivo de tabaco o alcohol, reacciones de ira, etc.

 

La tensión física, mental y emocional mantenida en el tiempo puede desembocar en  el “síndrome de burnout”.  Este síndrome se caracteriza por una pérdida radical de responsabilidad hacia nuestras tareas, sensación continua de agotamiento emocional, desmoralización,  sentimiento de vacío, abatimiento, impotencia, baja autoestima, ansiedad, escasa tolerancia a la frustración, desensibilización hacia los demás y/o comportamiento hostil.

 

 

Tratamiento:

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El proceso terapéutico se orienta a la capacitación de la persona para el manejo de los síntomas cognitivos, fisiológicos y conductuales.  Así como la exploración, análisis y posible intervención sobre los factores estresantes.

Algunas de las técnicas que utilizamos:

• Técnicas de relajación, respiración y meditación

• Técnicas de ventilación emocional

• Técnicas de gestión emocional

• Técnicas de reestructuración cognitiva. Modulación de aquellos pensamientos negativos o estresantes.

• Estrategias de conducta y afrontamiento para las demandas del día a día: toma de decisiones, establecimiento de prioridades, resolución de conflictos, habilidades de comunicación asertiva, gestión del tiempo…